Ray Bradbury, Crónicas Marcianas, 1946.
Hay algo con Marte que obsesiona. Quizá sea su
color rojizo. Tal vez lo "cercano" que se siente desde la Tierra. O
probablemente esté relacionado con su nombre, esa oda al dios de la
guerra, un símbolo de amenaza y poder que se cierne sobre nosotros.
A los extraterrestres se les suele llamar comúnmente "marcianos"
así vengan de otras galaxias. Por eso no es de extrañar que cuando la
humanidad busca señales e indicios de vida en otros planetas, apunte a
Marte.