La sobrepoblación es un tema que cada vez toma más
importancia en la agenda mundial. Por ello, uno de los grandes retos de las
ciudades urbanas es dar una mejor calidad de vida a sus residentes.
La gestión de recursos y la integración de la tecnología es
una de las bases que sostienen las ciudades modernas, hoy mejor conocidas como
“Smart Cities”.
Una Smart City permite dar soluciones a los
ciudadanos y logra que se integren haciendo que participen con aplicaciones
móviles, enviando datos a los centros de control de la ciudad en tiempo real,
accediendo a información mediante la red, etc.
El tema medioambiental es un objetivo que se prioriza en la
formación de una Smart City. La reducción de gases de invernadero y el
aumento de energía renovable favorece notablemente la calidad de vida de todos.
Entre las soluciones tecnológicas más destacadas de
una ciudad inteligente podemos mencionar los semáforos inteligentes.
Estos aparatos permiten medir mediante un algoritmo la cantidad de vehículos o
peatones aglomerados para decidir dar el pase de circulación a uno u otro.
Mencionando otra tecnología que sobresale tenemos los paneles solares que
permiten transformar la luz solar en energía eléctrica. Estos paneles se pueden
instalar tanto en casas como en edificios.
Poco a poco las ciudades se van modernizando y, con ellas,
los ciudadanos cambiamos nuestra forma de relacionarnos con nuestro entorno.
Nueva York, Tokio, Singapur y Brasil son algunos ejemplos donde se empieza a
ver la modernización hacia smart city en sectores vitales como el de
seguridad ciudadana, el de ahorro de recursos no renovables o el de
procesamiento de datos de forma más eficiente.